Acerca de los mecanismos, dinámicas o procesos protectores generados por las personas resilientes

Afrontar el camino de la vida ha sido siempre una de las cuestiones que más inquieta a la humanidad: porque la existencia está llena de escollos, conflictos y frustraciones. Muchos siguen pensando en el destino como un sendero que está escrito y que obedece más a la suerte o a un mandato divino, o a otra cosa. Esa forma de asumir la existencia es muy común en nuestra cultura antioqueña y en ella, el individuo tiene que sobrellevar los ire y venires de ese destino. Es asi como se piensa que tal vez lo más importante es el aguante, la viveza, la desconfianza y el no dejarse amedrentar por los demás. Es decir, que lo importante es sobrevivir ("sálvese quien pueda") y a como de lugar. ¿De dónde saca el hombre la fortaleza y la capacidad moral e intelectual para hacerle frente a esas situaciones? Precisamente a esto apunta la Resilienciam, a la "capacidad humana universal de hacer frente a las adversidades de la vida, superarlas, o incluso ser transformado positivamente por ellas" (Grotberg). A pesar de que esta capacidad debe ser tan antigua como la misma humanidad, el interés científico en este tema es reciente. Pero, las adversidades, existen están ahí, nadie está exento. Las adversidades suceden, y la gama de ellas es variada: muerte, divorcio o separación, dolor, pobreza, malos tratos, abuso sexual, etc.