Diálogo entre técnicas interpretativas teatrales y dancísticas en una composición coreográfica
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Desde la danza contemporánea se muestra una amplitud de búsqueda y objetivos escénicos que rompen con las “tradiciones” dancísticas, para iniciar investigaciones a partir de las distintas posibilidades artísticas que se pueden hallar dentro de interpretación del bailarín y el proceso coreográfico. Entre de ellas, de especial relevancia, fueron las investigaciones corporales desde la danza de Pina Bausch, que habita una búsqueda constante de lenguaje corporal a partir de las motivaciones humanas que se presentan como necesidad de expresión y de adquirir la esencia de las cosas que conflictúan el mundo interno del ser. De esta forma recurre a elementos teatrales que potenciarán la vivencia y viaje del intérprete para la vida escénica, como la gestualidad, la apropiación de elementos materiales y la voz. Existe una indagación en la conexión del cuerpo como instrumento de trabajo, con las experiencias personales del intérprete que tienen como finalidad exponer una danza cada vez más sensorial, orgánica, a partir del trabajo técnico sistemático de distintas disciplinas. De este modo, la composición contemporánea se puede entender como Danzas temáticas o dramatúrgicas en las que encontramos el sentido en la claridad de un lenguaje estructurado a partir de estímulos mentales que justifican plenamente cada una de las acciones impregnándolas de sentido, Crespo, 2003, pág. 33. Cuando la danza comienza a llenar con sentido el movimiento de la forma, la complejidad del intérprete se centra justamente en la forma de interpretar, de otorgar significación y generar cercanía al espectador. Para eso, tanto la composición coreográfica como la interpretación requieren de estructuras y metodologías que ordenen el trabajo de forma eficiente, práctica y concreta. Mary Wigman, desde la danza, se involucra con las características mencionadas anteriormente, donde el lenguaje vivo del intérprete es el que conmociona y concreta la finalidad escénica de la obra. Expone la importancia del contexto en la composición, en conjunto a la significancia personal del intérprete, que nace desde una necesidad interna. Se trata de la manera en que el bailarín a través del cuerpo y el lenguaje en movimiento muestra y expone su mundo imaginario según el contexto creado.