La danza como subsector dentro del curriculum formal: argumentaciones sociales, y de actores vinculados al tema

la incorporación de la Danza en el campo educacional chileno de manera formal, no ha resultado una tarea fácil, debido a que se ha trasformado únicamente en la bandera de lucha de los involucrados directos en el quehacer de la danza, es decir, maestros de danza, coreógrafos, profesores, bailarines y estudiantes de la carrera en las distintas universidades, no existiendo iniciativas gubernamentales eficaces que logren una incorporación real de la danza en la educación. Hasta ahora, en las formaciones diferenciadas científico–humanista y técnico–profesional, no se ha insertado concretamente la danza y únicamente se ha conseguido implantarla de manera optativa y como taller extra programático en algunos centros educacionales, pero no le han dado la importancia que posee en la formación integral de los niños, porque aún no es considerada como una rama importante y fundamental en la educación chilena. Distinta es la situación en las escuelas Artísticas, en donde la formación diferenciada desarrolla las tres grandes áreas del arte: artes musicales, artes visuales y artes escénicas en que se insertan danza y teatro.