Diseño escenográfico: experiencias en el encuentro artístico, educativo y formativo

Durante la presentación de una creación o montaje teatral se pueden ver las grandes actuaciones que llevan a cabo actores y actrices, que por meses han trabajado en pos de un espectáculo de calidad para que el público y el equipo completo queden satisfechos con lo preparado. En las compañías más reconocidas podemos ver que hay distintas personas trabajando en diversas aristas del teatro, en las compañías independientes, podemos encontrar algo similar, a menor escala, por temas de recursos. Ambos trabajos nos dan a entender que el teatro se ha convertido, con el paso del tiempo, en un arte interdisciplinario, pues no solo nos encontramos con un trabajo de actuación, sino que también con diversos elementos que constituyen el quehacer teatral y que iremos desarrollando en esta investigación. Sin embargo, hay una tendencia en la formación artística, tanto de personas ligadas al arte como a quienes no lo están, a centrar la atención y por tanto la evaluación del montaje, en la labor del interprete, sin percatarse de que las representaciones abarcan más que solo un trabajo actoral. Un ejemplo común de esto es lo que sucede en las salas de teatro, donde comúnmente el público le presta toda su atención a la obra al momento en que las luces se apagan y el escenario es iluminado. Esto nos lleva a un punto importante, el de enfatizar que existe un trabajo desarrollado por meses de las distintas disciplinas que componen el teatro: dramaturgia, dirección y diseño. Estas distintas áreas conviven entre sí recíprocamente para formular lo que conocemos como obra teatral.